TESTIMONIO: Agradecida, bendecida, elegida……

Llegue a los grupos con 21 años, desde muy pequeña recuerdo mi relación con la comida como una relación de amor odio, veía a mi madre que hacía dietas y yo de alguna forma la acompañaba a mi manera, también es cierto que lo que parecía arroparme y acompañarme en mis emociones era la comida, por lo que mis viajes a la nevera eran incontables. Recuerdo llevar comida en los bolsillos, coleccionarla incluso en mi habitación y luego terminar comiéndola de una sentada escondida en mi cuarto. Recuerdo cómo hacía sentir a los que me rodean culpable por comer esto o lo otro y luego comerlo yo a escondidas. El ejercicio desmesurado también fue un compañero de viaje mientras estudiaba y comía, comía y estudiaba, estudiaba y comía…..llegando a apuntar lo que comía para después subirme a la bicicleta estática a quemar calorías.
He llegado a intentar vomitar, por aquellos entonces empezaba a conocerse la anorexia y la bulimia, yo fantaseaba con ser bulímica pero el simple hecho de intentar vomitar me llevaba a comer más, a laxarme, a hacer más ejercicio. Podía hacer dietas a mi manera pero terminaba en el atracón o comiendo aquello que no es comida, dulces y demás, por lo que eso mismo me llevaba a un estado aún más desequilibrado.
Mi peso estaba dentro de lo considerado normal, pero la relación con la comida y con el cuerpo era insoportable un día que me armé de valor me acerqué a la médica de cabecera a pedirle ayuda y me dijo que yo no tenía ningún problema y que no podía ayudarme, que si lo que quería era que me ayudara a estar delgada con ella eso no lo iba a conseguir…asique salí de la consulta aun peor, seguramente me fuera a comprar más azúcar y a prometerme que esta sería la última vez.
Un día cayo en mi mano un periódico en el que aparece un anuncio para ayudarte a dejar de comer compulsivamente, hablaba de compulsión y de relación tormentosa con la comida y que ellos podían ayudarme, ni me lo pensé, además era gratis, asique mande una carta a ese apartado de correos, por aquel entonces no había internet. Y me olvidé del tema.
Seguramente seguí comiendo y prometiéndome que esta iba a ser la última, como tantas veces,  como tantos días marcados en mi calendario en rojo, días de atracón que se sucedían uno tras otro y no parecían tener fin.
Un día me llegó una carta, era de una chica que me contaba su historia con la comida, pero que parecía que me estaba contando la historia de mi propia vida, me habla de compulsión, de abstinencia, de que esto es una enfermedad, que tiene cura, de la cual yo no soy culpable pero sí responsable…me habla de muchas cosas y me dice que si quiero nos podemos conocer,  es después de esta cita cuando yo decido acompañarla a Madrid a mi primera reunión, pues en la ciudad en la que yo vivía todavía no había grupos.
Armada de valor, esperanza y miedo me voy con ella a una reunión comedores compulsivos anónimos se llamaban había como unas veinte personas o más, sentadas en círculo, pedían la palabra para hablar…….cada cosa que decían me llegaba más y más adentro, parecía que se sabían mi vida y sin embargo era las suyas y su relación con la comida.
Más de veinte personas, cada una de una talla, raza, sexo, edad y religión, pero todas ellas venían de un lugar en común, la compulsión por la comida, y  toda ellas hablaban de una vida en la que la comida hoy estaba en su sitio.
Una única reunión bastó para saber que había llegado dónde necesitaba llega,  es verdad que salí con la cabeza llena de información, ideas, incluso palabras nuevas como serenidad, abstinencia, adicción,….
Una única reunión bastó para saber que quería seguir yendo a ver qué pasaba, pues lo que yo más claro tenía es que yo quería lo que ell@s tenían y podían enseñarme lo que habían hecho para conseguirlo 21 años, no fue fácil ni nadie me dio que lo fuera a ser, pero mereció el camino muchas 24 horas después puedo decir que me siento agradecida de estar en una hermandad de 12 pasos.
Una de las primeras cosas que me tumbó al llegar fue entender que mi problema era el mismo que el del alcohólico o cualquier otro adicto mi adicción era la comida oír esto fue un baño de realidad es verdad, no era anoréxica ni tampoco bulímica, pero tenía un problema tan serio o más con la comida que se conoce como comer compulsivamente.
Ahora puedo ponerle nombre, ahora puedo verlo de frente. 24 horas en recuperación, solo por hoy entender que mi problema no era sino la punta del iceberg y que por aquí empezó mi camino, por descubrir qué es lo que había detrás, debajo de esa compulsión, para arreglarlo, para poner mis emociones en su sitio y que así lo haga también la comida.
Encontré una hermandad como nunca hubiera imaginado, encontré una familia con la que aprender, compartir, crecer. Llegué a los grupos porque quería poner la comida en su sitio, porque quería para esa forma tan destructiva de comer y he aprendido tantas cosas.
Agradecida, bendecida, elegida……sí, elegida, pues para nada me esperaba lo que me encontré. Joven, era joven, quizá de las más jóvenes por aquellos entonces y hoy puedo decir que me alegra ver llegar gente joven a los grupos quizá venga de la adicción y te choque incluso oír esta palabra con todo lo que conlleva, pero hoy sé dónde no quiero volver, hoy conozco lo que he de hacer para estar en recuperación.
Si hoy comiera compulsivamente no sería por no conocer otras opciones. Existe vida más allá de la compulsión, existe una vida mejor, me preguntan qué porqué sigo yendo a los grupos si ya estoy bien y yo a eso respondo que porqué voy a dejar de hacerlo si a mí me hace bien. Porque voy a dejar de hacer algo que sé que es bueno para mí. Pero esto lo sé porque lo he experimentado, así que no te creas nada de lo que oigas en los grupos, experiméntalo por ti mism@, vívelo!!

mónica